sábado, 4 de septiembre de 2010

Primer día (Parte 3)

La respuesta es, sí…la dejó sola…
Parecía que todo el “bicherío” estaba alborotado… mugían las vacas, las lechuzas, los chimangos…
A lo lejos relinchaban los caballos y hasta los zorros hacían lo suyo…todos parecían confabulados para no dejarla dormir…y si algo faltaba en la madrugada no se hizo esperar, un viejo gallo…cacareaba y armaba revuelo entre las gallinas...
En la mañana cuando despertó en su cama; su esposo la miraba acariciándole el pelo...
_ María, María...Levántate amor, fíjate si podes ayudar a mamá…-
-déjame dormir por favor…contestó, sin dar crédito a lo que oía…-¡¡dame un momento más…por favor…!!-
-Pero no María, aquí no puedes hacer lo que te plazca debes levantarte, ¡ayuda a mamá! …que va a pensar de tí…-
Y sin decir más desapareció por el corredor…
María tapo su grito de furia con la almohada y como un resorte vencido procedió a dirigirse al comedor, en busca de un desayuno con Raúl…
Si eso era lo que pensaba, ¡estaba en un gran error!..Ya todos estaban en sus tareas desde hacia horas, ni siquiera Raúl la esperaba… ¡Cuanto odio a su esposo…!
María poco a poco recorrió habitación tras habitación hasta llegar donde estaba Doña Juana que ya terminaba de limpiar el dormitorio principal.
-Buen día, Juana ¿en que quiere que la ayude?-
_no, no ya esta todo listo, deje; que yo ya terminé todo.. -Acá, ..¡hace rato que nos levantamos!
María se mordió por segunda vez la lengua para no mandar a pasear a Raúl, a la madre, al molesto de Tomás y al bicherío completo…
Dio media vuelta sobre su eje y escapó hacia la cocina que ya tenía hasta lo que se iba a comer al mediodía…
¡Tenia tanta hambre!..Pero… ¿tomar ella la taza de una casa que apenas conocía? Eso no era una buena costumbre para ella, pero tampoco le mostraron un poco de amabilidad…
Así que, con el estómago vacío y con toda la bronca decidió tender su cama y luego buscar a su esposo…
Así hizo, pero ¡¡ que decepción…!! No existían casi plantas, el calor era insoportable, solo asomaban tímidas unas “uñas de gato” y al dirigir los ojos a lo lejos solo reinan alpatacos y piquillines cuyas espinas eran de casi 15 cm de largo y hacían un muro natural contra quienes deseaban aventurarse a entrar al monte…
-¿Que hago aquí?, ¡¡Dios..!!- y se lanzó como loca tras un sendero perdido del monte…
Justo cuando estaba por darse por vencida un estruendo corto el aire…
-¡Raúl!,¡Raúl por fin te encuentro...!..¿Por que no me esperaste?..¿Por que...?-
-María… ¿pero que haces aquí? ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¡Estas loca mujer!..Mira si pisas alguna de las trampas que puse… ¡pude haberte disparado! ¡Que locura, mujer!…
¿Por que no te quedaste con mi madre?...
Ya no pudo más y el llanto no se hizo esperar, lloro con tanta amargura que su esposo lamento haber abierto su boca…
¡Tantas cosas habían pasado en estos meses! que esa, era justa la gota que rebaso el vaso…
(Continuara)

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