jueves, 9 de septiembre de 2010

El Mundo De María .... PARTE 4

Desde sus comienzos la vida de María fue dura, su madre partió tras una pasión abandonando a su marido pero también olvidando a la pequeña.
Don Pedro, su padre viéndose en la necesidad de ganarse la vida como peón de campo dejo a su pequeña al cuidado de su madre en la cuidad de Santa Rosa.
Allí fue mimada por su abuela como a la niña de sus ojos, esta la consintió y la cuido hasta su muerte...
 Y aunque el trabajo de Pedro lo llevaba un tiempo aquí y otro por allá siempre fue una figura presente en los años que formaron el carácter de María.
La casa de su abuela Olga poseía una pequeña pensión donde los extraños podían encontrar una cama, comida y un calido ambiente de hogar.
En este lugar, María convivía con gente de todo tipo, que llenaron su mente de viajes y lugares imaginarios y le mostraron que aún le faltaba mucho por conocer en la vida.
Así pasaron los años sin demasiados cambios, aunque la cosa vario bastante con la llegada de una nueva pareja en la vida de su padre.
Las visitas se espaciaron y ya no fue la única, en el corazón paterno; pues Don Pedro llegó a ser padre de dos hijos, una niña y un niño, a los cuales María, solo veía de vez en cuando; pues la nueva mujer rivalizaba con ella por el amor de Don Pedro y le hacía notar que no era bienvenida en “su casa”;
En cuanto a la relación con sus medios hermanos, fue todo lo contrario, María los amaba y a cada rato les reiteraba su amor incondicional y ellos hacían lo mismo.
El padre nunca le dio mayor importancia, a los celos de su esposa ni a sus arrebatos y pensó que esto solo era una cosa pasajera pues no existe nada más distante en la vida que comparar un amor de pareja con el de un hijo, pero así estaba la cosa y así se quedo por los años que siguieron,
Sin embargo la cosa se puso color negro cuando al morir su abuela las dos mujeres convivieron bajo un mismo techo, pues su madrastra solo la toleraba, si Don Pedro, no demostraba el cariño natural por su hija…
María nunca entendió bien esa situación, pero le gustaba jugar con eso, vez tras vez probaba el cariño de su padre y ella siempre terminaba ganando.
¡Que duro seria para ella, pues ese jueguito le saldría bien caro en adelante!
Fue en un revés económico de los tantos que tiene la zona, que Don Pedro conoció a Raúl y lo tomó bajo su ala, pues en una oportunidad llegaron de la cuidad personas mal intencionadas que buscaban comprar hacienda, jugando con pagar más rápido y mejor que las casas de remate e incluso ofrecían hacerse cargo del traslado de la hacienda si aceptaban a cambio sus cheques.
Pero sabedor de estas tretas intervino cuando escuchó que el joven Raúl ya casi cerraba trato con ellos y así lo salvo de lo que más tarde descubrirían era una gran estafa.
Agradecido Raúl siempre que podía pasaba a verlo y entre ellos nació un compañerismo sin par, que se extendería en el tiempo, el joven absorbió del más viejo conocimiento y este se beneficio con su compañía.
También fue así, como llego a la vida de María….

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